
-...Finalmente me decidí por la camisa negra, es más ponible. Julio, ¡Julio! ¿Me estás escuchando?
-¿Qué? Oh claro cariño, por supuesto, me parece genial.
-Julio no me estabas escuchando...
-Ya te he dicho que sí.
-Venga, ¿qué he dicho?
-Pues hablarías de ropa, para variar...
-¡¿Para variar?! Claro cómo tú solo eres capaz de hablar de fútbol, para variar...
-Perdona pero te equibocas, ¡Si contigo no hay quién consiga decir palabra! No eres capaz de estar callada ni un segundo.
-¿Eso piensas no? Pues a ver con quién vas a hablar a partir de ahora, porque conmigo no.
Al cabo de media hora, él la llama:
-Cariño, ¿sigues enfadada?
-...
-Venga tonta perdóname. Olvidemos esto, te invito a un refresco.
-Vaaale. Perdona tu también anda, tequiero!