
La cafetería del instituto no es en absoluto grande. Además es una habitación sin apenas ventilación, ya que las únicas ventanas que hay dan a un aula.
Es una habitación con dos puertas (antiguamente una), una barra (por detrás de la cual sirven los bocadillos, bollería, chuches...) y unas dos o tres mesas.
Ya que de por sí es pequeña, resulta totalmente agobiante tener que ir en los recreos. Todos los días muchos alumnos, por no decir la mayoría del instituto, se dirigen a por su bocadillo. Esto hace que todos se agolpen contra la barra, se formen tapones en las puertas de acceso a la cafetería (en especial la que se encuentra más cerca del patio) y ,por supuesto, resulta casi imposible conseguir una mesa vacía (a causa de estar ocupadas por algunos profesores que también desayunan allí).
En las paredes, se puede ver algún cartel indicando el precio de los bocadillos.
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